jueves, 7 de julio de 2016

Buenos Aires (día 1)


"Famosa por el tango y el fútbol, Buenos Aires es una metrópoli donde la impresión y las sensaciones que despierta superan los monumentos emblemáticos. Este mosaico de barrios variopintos seduce por su elegancia, su clima subtropical y la alegría de su gente".

Sábado 14 de Mayo, 00:05 de la madrugada, el vuelo 6841 de Iberia salía dirección América por tercera vez en menos de dos años; ésta vez con destino Argentina, un país que a decir verdad, nunca creí visitar. Fue durante mis prácticas en B the travel brand como agente de viajes donde me picó la curiosidad de éste destino y yo mismo, bajo la supervisión de mi mentora reservé todos los servicios del viaje. ¡Espero que nada salga mal!, pensé.
Las poco más de doce horas de vuelo pasaron relativamente rápidas. El mp3 repleto de música, las películas, los videojuegos y alguna que otra leve cabezada bastaron para amenizar el trayecto. Por la mañana temprano aterrizamos en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini (EZE). Ya en la terminal y recogida la maleta un hombre con un cartelito con mi nombre esperaba para llevarme de camino al hotel, situado en pleno barrio de San Telmo, ¡en el centro de la ciudad!. 
Una vez realizado el check-in, tras descansar un poco en la habitación y asearme recibí la llamada de Gustavo, mi amigo porteño al que conocí durante el viaje a México, seis meses atrás.
Él se mostró interesado en realizar para mí junto con su amigo Alejandro una visita panorámica digna de profesionales. Después de un cálido reencuentro monté en su coche y divisé, bajo interesantes comentarios la Plaza de Mayo, la Casa Rosada, el Obelisco, Puerto Madero e incluso el barrio de Palermo y las casas de los famosos, también me aconsejaron un buen sitio en el que cambiar los euros por pesos argentinos, ¡se portaron genial!. 
Tras una necesaria parada para almorzar y ponernos al día de los últimos acontecimientos de nuestras vidas privadas me hicieron entrega de la entrada del partido River Plate - Gimnasia y Esgrima de La Plata la cuál les había pedido semanas atrás. ¡Asistiría a un partido de la Liga Argentina!, ¡una experiencia inolvidable!.
Me llevaron hasta las inmediaciones del Estadio Antonio Vespucio Liberti "El Monumental" donde finalmente nos despedimos. ¡Gracias por todo chicos!.
Tras dejarles atrás y pasar por varios puntos de control de seguridad me interné en la grada Sivori en la cual estaba asignado. Llegué media hora antes del partido y me encontré con las gradas prácticamente vacías así que me situé lo más alto y céntrico posible, ¡aquí lo veré genial y estaré tranquilo!, me dije.
¿Tranquilo?, dos minutos antes del inicio del partido empezó a llegar toda aquella gente que me empezó a rodear, en su mayoría jóvenes con más ganas de fiesta que de ver el propio partido, me había situado justo en la conocida "popular", la zona del estadio donde animan los hinchas más forofos del equipo, ¡los ultras!.
Debí de ser el único que no llevaba los colores oficiales del equipo pero pasé desapercibido y me lo pasé genial, junto a todas esas personas que cantaban, botaban e incluso se drogaban y probablemente pasaban el rato más esperado de la semana. El River Plate ganó 1-0 y todo el mundo se fue contento a casa.
Ya terminado el encuentro cogí un taxi camino del hotel y cené algo ligero. Cansado por el viaje y el día charlé con los míos vía Whatsapp y Skype antes de dormir y les conté como fue aquella primera toma de contacto por tierras argentinas. ¡La ciudad prometía!. Dulces sueños.

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