miércoles, 10 de diciembre de 2014

Los Ángeles (día 2)

Al día siguiente, con las pilas cargadas y tras un buen desayuno a base de café, yogur con cereales y un croissant, empezaba de verdad mi visita a la ciudad.
Mi primera parada no era ni más ni menos que Olvera Street. La única y pequeña zona que queda del viejo Los Ángeles, a modo de casco histórico. He de decir, que es pintoresco ver algo así en el centro de una ciudad norteamericana de alrededor de dieciséis millones de habitantes. Me gustó.
De Olvera Street, más paseando que otra cosa, me dirigí a la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles, obra del español Rafael Moneo, la catedral reemplaza a una iglesia anterior y de menor tamaño que fue dañada seriamente en un terremoto en 1994. La catedral ocupa un área de 23.000 metros cuadrados, tiene 12 pisos de altura y puede acomodar a más de 3.000 peregrinos. No es la mítica catedral europea a la que estamos acostumbrados y verla por dentro y por fuera aseguro que no deja a nadie indiferente.
Casi sin quererlo me topé con otro hito arquitectónico de la ciudad, el Walt Disney Concert Hall de Frank Gehry. Es entre otras cosas sede de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles. Aunque el Museo Guggenheim de Bilbao fue construido antes, los diseños de la sala de conciertos son anteriores.
Como buen planificador de viajes que me considero, buscando y rebuscando en la red uno de los sitios donde poder hacerme una foto panorámica de la ciudad enseguida me llamo la atención las vistas desde el edificio del Department of Water and Power, así que allí me dirigí. ¡Una foto estupenda!.
Poco a poco iban envolviéndome a un lado y otro enormes rascacielos. Camino de Pershing Square, en el centro de la ciudad dí con la US Bank Tower, de 73 pisos y 310 metros de altura, el edificio más alto de la ciudad. ¿Recordáis la escena de Independence Day? ¿Quizás el videojuego Grand Theft Auto? Lo hemos visto mil veces por televisión. Imponente, un icono.
Y por fin iba a disfrutar de mi primera curiosidad sobre la vida del Rey del Pop, mi secreto y verdadera razón de mi viaje a California. Me dirigía a Broadway, lleno de joyerías y vagabundos a partes iguales. Increíble pero cierto, allí estaba el Palace Theatre, como si el tiempo no pasara por él. Pocos saben que se trata del cine del videoclip de Thriller. Un clásico.
Las tripas empezaban a sonarme, necesitaba comer. No busqué demasiado, un pequeño "italiano", dos raciones de pizza y un yogur estilo árabe. ¡Qué bien sienta llenar la barriga después de toda la mañana caminando! Ahora tocaba volverla a bajar. Siguiente parada, Staples Center, hogar de los míticos Lakers y, menos sabido, el funeral de Michael Jackson retransmitido a millones de personas por todo el mundo. 
El día llegaba a su fin y sólo me quedaba una visita programada. La cual me hacía mucha ilusión. Cogí un taxi, -1345 Carrol V. Echo Park please. Intenté explicar al conductor, de origen asiático que sólo quería permanecer en el lugar unos minutos, tomarme cuatro fotos y que me dejara de vuelta en mi hotel después.
El coche deambulaba por una zona residencial, todo casas bajas y antiguas. Bastante parecidas unas y otras la verdad. Yo no tenía duda, en cuanto la vi exclamé, -Stop! Stop!, allí estaba, monstruosamente igual, como hace treinta años. ¿Os suena de algo?.
Ya de vuelta en el hotel, una buena cena tirado en la cama de la habitación pensando en lo que se me venía encima al día siguiente. ¡No os lo podéis ni imaginar!.

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